El impacto que el movimiento Black Lives Matter ha tenido en el uso de las cámaras corporales de la policía

El año 2020 resultó ser un año tumultuoso para las fuerzas del orden. Además de tener que proteger a los civiles durante el transcurso de una pandemia mundial, las fuerzas policiales se vieron sometidas a un mayor nivel de escrutinio durante un periodo marcado por disturbios provocados por la población. A medida que la conversación sobre el rol de la vigilancia policial en la sociedad se convertía en un tema de debate nacional, el uso de las cámaras corporales se puso en tela de juicio, con mucho desacuerdo sobre su eficacia o sobre cómo deberían usarse.

Mientras que las personas con un enfoque más reformista creen que las cámaras corporales pueden ayudar a garantizar que los agentes rindan cuentas por sus acciones y se adhieran a la normativa mientras están de turno, los grupos con tendencia abolicionista no creen que se deba gastar ninguna cantidad de dinero adicional en las fuerzas policiales. La policía de Nueva York, por ejemplo, ya ha visto un recorte presupuestario de mil millones de dólares por parte del alcalde Bill de Blasio en respuesta a las demandas de los ciudadanos.

Pero en lo que respecta al uso de las cámaras corporales quedan dos preguntas por responder. ¿Ha cambiado algo efectivamente desde el verano de 2020? ¿Cuáles son los argumentos a favor y en contra del uso de las cámaras corporales?

Una mezcla de escepticismo y optimismo

El mes de junio de 2020 fue uno de los más turbulentos que Estados Unidos ha visto en años. En respuesta a las preocupaciones generalizadas expresadas por los partidarios del movimiento ¡Las vidas de los negros importan! (Black Lives Matter! o BLM, por sus siglas en inglés), varias jurisdicciones de todo el país trataron de introducir más regulaciones en torno a las actuaciones de las fuerzas del orden, muchas de las cuales implicaban el uso de cámaras corporales.

Unas semanas después del inicio de las protestas, el alcalde de Nashville, John Cooper, anunció que su administración había conseguido negociar mejores contratos con los proveedores de cámaras corporales para reducir el costo anual estimado de la gestión de las grabaciones de video de 40 millones de dólares a 2,1 millones. Esta medida permitió ampliar el uso de las cámaras, que se inició en julio y en el que participaron 86 agentes y 65 coches patrulla de la comisaría oeste.

Tras este anuncio, algunos creyeron que se trataba de un mero intento de apaciguar a los dos bandos: la rama local de BLM reaccionó con escepticismo afirmando que las cámaras corporales no erradican el riesgo de mala conducta policial ni el uso de la fuerza letal, especialmente hacia la comunidad negra. La declaración también condenaba a la administración municipal por “encontrar constantemente excusas” para no tomar medidas serias.

Mientras tanto, el Congreso del Estado de Nuevo México aprobó un proyecto de ley que hace obligatorio el uso de cámaras corporales para todos los agentes del estado. En Washington se aprobó un proyecto de ley que obliga a los agentes de las fuerzas del orden federales a utilizar cámaras corporales, al tiempo que proporciona financiación e incentivos para que los departamentos de policía de las localidades siguieran su ejemplo. Sin embargo, esta iniciativa no avanzó en el Senado.

¿Una solución no tan novedosa?

El uso de cámaras corporales por parte de las fuerzas del orden estadounidenses no es nada nuevo; de hecho, existen desde hace al menos dos décadas. Ya en 2013, un estudio demostró que casi un tercio de los departamentos locales de policía ya las utilizaban. Otro estudio realizado en California ese mismo año reveló una reducción del 59% en el uso de la fuerza policial por parte de los agentes que portaban cámaras corporales.

Tras la decisión del ayuntamiento de destinar parte del presupuesto para la adquisición de cámaras corporales para cada agente, el departamento de Rosales-Scatena anunció que, para finales del 2022, todos los agentes uniformados del departamento deberán usar una cámara corporal mientras estén de servicio.

Como parte del mismo informe, los dirigentes de BLM expresaron su aprobación de estas nuevas medidas a la cadena de televisión NBC, con la esperanza de que fomenten la transparencia.

Demasiadas preguntas, muy pocas respuestas

Todavía es demasiado pronto para saber si la transparencia que ofrecen las cámaras corporales contribuirá a poner fin a estas profundas divisiones sociales. Sin embargo, en ambos lados del debate se mantiene la esperanza de que ayuden a promover la responsabilidad tanto de los agentes en servicio como del público en general.

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