Según un nuevo comunicado de la campaña de la Comisión Nacional de Seguridad Vial (NHTSA por sus siglas en inglés), su información muestra que “11.258 personas murieron en accidentes relacionados al exceso de velocidad en 2020, siendo el exceso de velocidad un factor que contribuyó en 29 por ciento de los accidentes fatales. Incluso con menos coches en la carretera durante la pandemia de COVID-19, se produjo un dramático aumento del 17% en las muertes relacionadas con el exceso de velocidad en 2020, en comparación con 2019.”
Conseguir que conductores de todas las edades reduzcan la velocidad es una de las principales prioridades de las autoridades. Por desgracia, la mayoría de los departamentos de policía no tienen los recursos necesarios para llevar a cabo una labor de control de tránsito adecuada. Muchos están recurriendo al uso de cámaras de velocidad para detectar infracciones de tránsito cuando y en lugares donde los agentes no pueden estar presentes. Siga leyendo para saber si se puede justificar el uso generalizado de cámaras de velocidad.
¿Qué tan grande es el problema del exceso de velocidad?
El boletín de la NHTSA “El exceso de velocidad destroza vidas” menciona algunas tendencias preocupantes sobre el exceso de velocidad:
- En Estados Unidos, las autopistas no interestatales fueron las más afectadas por el exceso de velocidad, ya que el 87% de los accidentes mortales relacionados con el exceso de velocidad se produjeron en estas vías.
- El exceso de velocidad contribuyó al 37% de los accidentes mortales en zonas de trabajo.
- El exceso de velocidad fue un factor en un mayor número de colisiones mortales en carreteras mojadas que en carreteras secas.
- El consumo de alcohol y el exceso de velocidad es la combinación más mortífera. De los conductores implicados en accidentes mortales, el 37% iba con exceso de velocidad y tenía una concentración de alcohol en sangre de 0,08 o superior.
Uso y eficacia de las cámaras de velocidad
Muchos departamentos de policía están recurriendo a la aplicación automatizada de las leyes de tránsito mediante el uso de cámaras de velocidad como una manera de ampliar su capacidad para prevenir muertes relacionadas con el exceso de velocidad. Las cámaras de velocidad operan las 24 horas del día y pueden colocarse en zonas que son conocidas por las infracciones de velocidad o en tramos de carretera en los que está prohibido detenerse en los costados de la carretera.
En Estados Unidos, el uso de las cámaras de velocidad ha ido aumentando lentamente desde principios de la década de 1990. En 2021 había cámaras de velocidad en 174 comunidades estadounidenses en 17 estados y el Distrito de Columbia, según datos del Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras (IIHS por sus siglas en inglés). Sus estudios han demostrado que la proporción de conductores que exceden los límites de velocidad en más de 10 mph se redujo entre un 70 y un 82% entre seis y ocho meses después de que se introdujera el uso de las cámaras.
Aunque se puede argumentar a favor del uso generalizado de las cámaras de velocidad, esta herramienta de control no está exenta de polémica. Las investigaciones indican que la comunidad apoya los radares automáticos, especialmente en las comunidades en las que se utilizan actualmente. Sin embargo, algunos estados prohíben el uso de cámaras de velocidad por motivos de privacidad. Las cámaras de velocidad también pueden ser vistas por el público como una fuente de ingresos para los departamentos de policía y no como una herramienta valiosa para prevenir las muertes producidas por accidentes de tráfico.
Aumentar capacidad mediante el uso de herramientas para el control de velocidad
Las cámaras de velocidad no son la única forma de ampliar las capacidades de los agentes de policía. Los RADAR de mano y LIDAR de mano permiten que los agentes capturen datos y evidencias importantes.
Las herramientas de control de velocidad, como las pantallas de velocidad RADAR y los remolques de velocidad RADAR, pueden utilizarse para complementar la vigilancia presencial y multiplicar así la eficacia. Los estudios demuestran que estas herramientas son efectivas para reducir los excesos de velocidad. Las pantallas de velocidad son eficaces no sólo como elemento disuasorio, sino también para informar o recordar a los conductores de los límites de velocidad en las zonas donde son utilizadas.
En resumen, las herramientas de control de la velocidad son cada vez más utilizadas debido al valioso rol que desempeñan en mejorar la seguridad de conductores y en las comunidades.
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